La torre de Babel
Si una de las mayores ventajas de la democracia es el arte de convencer con la palabra, los políticos están dando mal ejemplo en los últimos tiempos. Acusaciones de pactos que no se cumplen, aunque siempre una parte dice que se cumplen y la otra lo contrario. Comisiones que se abandonan o no se firman, discusiones durante días para tratar de encontrar los fallos de una actuación y los remedios para que no se repita no sirven a la larga para mejorar la situación, más bien es motivo de nuevas confrontaciones. Uso de lenguas en el Parlamento que sólo entienden los cuatro nacionalistas de turno, cuando de lo que se trata es de que los entiendan, parece que sólo quieren soltar el discurso sin más y no les interese llegar a un entendimiento. Imputaciones de corrupción de unos a otros, lo que pone bajo sospecha a toda la clase política. Lo del 3% parece las migajas de algo generalizado que ha salido a la luz porque se le ha calentado la cabeza a un político.
Así los ciudadanos asistimos a un circo en el que los actores pierden el tiempo y la energía en tirarse los trastos a la cabeza.
Así los ciudadanos asistimos a un circo en el que los actores pierden el tiempo y la energía en tirarse los trastos a la cabeza.
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