Fiscales iletrados

Es lamentable que a un fiscal le mueva el sentimiento de venganza, resentimiento o animadversión y no el de justicia al denunciar a alguien, como ha hecho Fungairiño (ese que un día dijo que no se enteraba de nada porque no leía los periódicos ni veía los telediarios) contra Garzón por algo que al parecer no es delito, apoyado en una nota de esa prensa que persigue a los que no tragan con la derecha, y sin contrastar la información. La culpa de Garzón está, según este fiscal, en el libro que ha publicado, con el agravante de que no lo ha leído. El instigador de esta denuncia, otro fiscal de la misma cuerda, dice que no lo ha leído porque con su ueldo de 4.500 euros no tiene dinero para comprarlo. ¿Cabe mayor cinismo e injusticia? Es de esperar que esta actuación les depare las consecuencias que merecen, porque con fiscales así poca confianza podemos tener los ciudadanos en la justicia, ya muy deteriorada en la opinión pública.