PAN Y FRACASO

Sale de la oficina e media mañana para comprarse tabaco y un panecillo. En el primer bar que entra no hay existencias de la marca que fuma, entra en un segundo y se dirige distraidamente hacia una máquina, introduce por una ranura un par de monedas de cincuenta céntimos y en ese momento se da cuenta de que se trata de una tragaperras. Pulsa un botón rojo a la espera de que le devuelva las monedas, pero como eso no sucede decide jugar. En unos segundos pierde el dinero. Saca un euro de la cartera y con otras monedas pide tabaco en la máquina, que tampoco tiene. Así no puede evitarse el trabajo de acudir a un estanco, que se encuentra algo alejado.
Cuando regresa a la oficina se encuentra con un antiguo conocido que, con otros dos hombres, ha llegado para reunirse con los dueños del negocio. Hace unos treinta años coincidieron en casa de su suegro, los dos en busca de trabajo. El visitante supo aprovechar el tiempo y las oportunidades, hizo negocios con éxito y logró una fortuna, mientras que él siempre fue un empleado mediocre, con sueldos escasos. Piensa que partieron del mismo punto, pero el otro alcanzó la meta y él se quedó descalificado a mitad de camino. Aunque se tengan las mismas oportunidades, entran luego en juego otros factores decisivos como el talento, el esfuerzo y la suerte, propicios para unos, hostiles para otros.