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lasiestadelcarnero

Injerencias papales

El gobierno español no debería ser tan condescendiente con el Vaticano y protestar seriamente por la vía diplomática alguna vez ante las injerencias en política que efectúa cuando tiene oportunidad, sobre todo cuando acuden los cardenales o algún representante de la derecha a besar la mano del Santo Padre, que como Jefe de Estado no debería dictar a otro Estado qué leyes impartir o dejar de impartir, pues ese Estado (en este caso el de España, aconfesional gracias a Dios) tiene unos gobernantes elegidos democráticamente por los ciudadanos para que cumplan con su programa electoral, y como dirigente de la Iglesia Católica debe respetar las creencias ajenas, como deseará respeto para las suyas. Que el Papa predique su doctrina (progresista en lo social, retrógrada en cuanto a las libertades individuales) y se deje de criticar las leyes civiles que no le conciernen. La Iglesia Católica no está perseguida en España y vive del generoso presupuesto nacional, pero tiene que darse cuenta de que ya nos libramos del yugo nacionalcatólico. Menos victimismo y más caridad cristiana.

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