Precios y comisiones
Al ciudadano, fuente inagotable de beneficios, le suben los precios de los servicios sin que mejoren necesariamente o le cobran por algo que antes era gratis. La subida del precio del billete del autobús urbano se produce puntualmente al principio de cada año, con independencia de la calidad del servicio, que es penoso, salvo los cambios realizados en esta ciudad de Zaragoza en la línea 23, que era de las peores atendidas. Las frecuencias de llegada de todas las líneas en general no suelen respetarse y después de una larga espera pueden llegar dos vehículos juntos.Como es normal, se coge el primero que llega para ir como sardinas en lata y luego llega el segundo vacío. Los conductores, por otra parte, practican el noble deporte de dejar en tierra al viajero que corre para llegar a tiempo a la parada y disfrutan con que se quede con dos palmos de narices ante la puerta cerrada, aunque muchas veces tienen que detenerse unos pocos metros más adelante en un semáforo en rojo. Algo parecido sucede con los bancos, que cobran comisiones por casi todos los servicios que prestan. Son los primeros interesados en proporcionarnos sus tarjetas para facilitarnos la disposición de dinero efectivo en sus cajeros automáticos a cualquier hora del día y para que paguemos en los comercios, de lo que ellos se benefician sustancialmente. Ahora algunos pretenden cobrar comisiones a sus clientes cuando saquen dinero de los cajeros. Yo les propongo que también nos cobren por entrar en sus entidades en concepto de desgaste de suelo y ocupación de sus empleados. Es de lo poco que les queda ya para sacarnos más dinero.
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